Hay mujeres que sin duda han nacido para ser madres, para estar embarazadas, para dar el pecho y que disfrutan cada segundo de esas etapas. Hay otras, como una servidora, que no tanto. Sí y no. Llegados a este punto ya estarás pensando "Esta chica es el Grinch del embarazo y la maternidad", pues déjame decirte que sólo a ratos, me explico:
El embarazo está bien, si va bien. Y que vaya todo bien es más complicado de lo que en un principio imaginamos, cuando te adentras en el mundo ves también el lado oscuro. Tenemos en mente todas esas imágenes de embarazadas y familias felices, pero son instantáneas, no es así todo el rato. ¡No te lo creas! Y no hablo solamente de encontrarse bien, un poco regulín o directamente fatal, sino que además te van llegando experiencias de mujeres de tu entorno, más o menos cercano, que han tenido problemas como abortos espontáneos, complicaciones en el embarazo, incluso en el parto. Una vez estás en el proceso es prácticamente imposible no pensar en ello y es fácil que te afecte. El miedo puede acompañarte durante prácticamente todo el embarazo.
Además de los cambios físicos, más que evidentes, aparecen los cambios mentales. Esa despreocupación de pensar sólo en una misma, bluff, desaparece, y pasas a hacer tu vida entorno a un ser que ni tienes la certeza de que está ahí (porque te lo ha dicho un test o un médico, que sino...). Y ahí empieza todo y surgen, como es lógico, las dudas:
¿Qué puedo hacer? Pues la respuesta es clara: todo lo que hacías, excepto cosas de riesgo (deportes como el esquí, la bicicleta o ir en moto no están recomendados). Esto se traducen en definitiva, en minimizar el riesgo de accidente, no sólo por perder al bebé sino porque puedes tener una hemorragia y que lo que sería una simple caída se complique considerablemente. ¿Cómo lo podrás hacer? Pues al principio con normalidad, más adelante cómo un pato y al final no te podrás atar los zapatos con tu método habitual. Si eres más bien bajita, como yo, te chocarás con el mármol cada vez que cojas un vaso del armario, pero te acostumbrarás.
¿Qué no puedo comer o beber? En primer lugar el alcohol. Fuera de tu vida, no lo necesitas y está altamente sobrevalorado en la sociedad. Son 9 meses, puedes con ello. No te aporta NADA. Automáticamente decir adiós a los embutidos no cocidos y no congelados previamente (al menos hasta los resultados de la analítica de la toxoplasmosis, si tienes suerte te puede salir positiva, como a mi, ¡Qué día tan feliz! Me encanta comer, lo reconozco. Si es negativa básicamente se traduce en que puedes comer jamón, fuet, etc en casa si lo congelas durante al menos 3 días (esa fue la recomendación que me dieron a mí), pero en restaurantes o casas ajenas mejor no jugársela. No hay necesidad. Parecido pasa con los quesos o leches, todos aquellos lácteos no pasteurizados (es decir, a grosso modo, los que derivan de leche cruda) sólo podrás comerlos si los hierves previamente o si los cocinas, como en una pizza, por ejemplo. Y otra cosa, olvídate del comer por dos, es una frase muy de abuela y no, no se lleva. Yo engordé 6kg con mi primer embarazo y 7kg con el segundo, y los bebés nacieron con 3,315gr y 3,310gr respectivamente. Desnutridos no estaban. En el parto bajas esos kilos y algo más, si subes 15kg no se van a ir por arte de magia y añadir una dieta al postparto no es, en mi opinión, la mejor de las ideas. Una alimentación con exceso de grasas y un embarazo sedentario (si no está recomendado) no es bueno ni para ti ni para tu bebé.
¿Me puedo medicar? Únicamente paracetamol, así que hay que ser prudente con los inviernos, tomar mucha vitamina C y cuidarse mucho, evitar los resfriados y gripes es un punto importante, ya que no podrás tomar antibiótico a priori, pero sobre esto quédate sólo la recomendación, nada más, que no soy médico!
¿Qué va a ser de mi barriga? Sí, tiene importancia. Va a crecer, mucho... ¿Cederá? Pues no le queda otra, pero podemos ayudarla a que sufra lo menos posible, le estás pidiendo mucho! Y sólo tienes una. Yo fui muy consciente desde el primer momento. Hazte muy amiga de las cremas, existen muchas especializadas. Yo usé dos, la que más me gusto fue Trofolastin (de Laboratorios carreras, y no, no me pagan por ello, te la digo porque personalmente me fue muy bien), desde el momento que me quedé embarazada empecé a usarla, al levantarme y antes de ir a dormir (sí, se pega un poco, aunque no es de las peores, una camiseta interior y marchando, que camisetas hay muchas, barriga una. Recuérdalo cada día, cuando te de pereza ponértela, especialmente). Un día vi un ofertón de ISDIN de su crema antiestrías, se llamaba Velastisa aunque parece que ahora le han cambiado el nombre... Olía mucho mejor y era menos densa. No me gustaba tanto, me daba la sensación que hidrataba menos, pero fue bien, lo cierto es que mi barriga era enorme y no tengo ni una marca después de dos embarazos muy seguidos. Las dos rondan sobre los 23-25€ depende de dónde las compres. No te voy a engañar, cada vez que me las ponía añadía un chorrito de aceite de rosa mosqueta (lo puedes encontrar en farmacias pero también en muchos supermercados, como Mercadona o Carrefour por ejemplo), y vale menos de 5€, es un super-hidratante muy natural (te sobrará pero puedes usarlo también como hidratante corporal, para el pelo, uñas... tiene muchísimas propiedades!). Con ello no quiero decir que no cojas una crema cualquiera, de la marca que sea, le añadas unas gotitas y te vaya genial. Debo reconocer que en verano me daba infinita menos pereza hacer el ritual de la crema, en invierno detestaba ese momento...
¿Quién resolverá mis dudas? Los expertos que aparecen en todas partes. Todo tu entorno se convierte en nutricionista, fisioterapeuta, ginecólogo, etc. Agotador. Apártate un poco de todo eso, no podrás hacer caso a todo el mundo, porque además habrán contradicciones entre las diferentes historias. Lo que a otra persona le fue bien no tiene por qué irte a ti, cada mujer es un mundo y cada embarazo otro! Yo leí un libro, semana a semana, a medida que pasaban los días, para ir a la “par” libro y embarazo y centrarme en lo que me tocaba cada semana. Adelantaba un par de semanas para leer los cambios que podían irse produciendo y así detectarlos. La verdad que me ayudó, tanto a resolver esas típicas dudas que los médicos no te explican, como a vivir en paz todo el proceso. Que se puede esperar cuando se está esperando, así se llama el libro en cuestión.
Es probable que no estés embarazada muchas veces, hoy en día entre una y tres es lo más habitual. Cuando empiezas a disfrutar de verdad es cuando aparece la barriga, empiezas a notar sus movimientos... Sí, es especial. Es algo único. Es la magia de la vida. Estás creando vida. Es alucinante y por supuesto que tiene un lado bonito inmenso, y no eres egoísta si en algún momento te sientas y piensas: "Que peñazo de barriga", "estoy ya cansada, quiero que salga" o similares, eres una mujer, embarazada, con todas tus cosas y además el embarazo y eso sencillamente te hace humana.
L.